Cookies on this website

We use cookies to ensure that we give you the best experience on our website. If you click 'Accept all cookies' we'll assume that you are happy to receive all cookies and you won't see this message again. If you click 'Reject all non-essential cookies' only necessary cookies providing core functionality such as security, network management, and accessibility will be enabled. Click 'Find out more' for information on how to change your cookie settings.

In Mexico City, a middle-aged adult who has attended university can expect to live, on average, six years longer than their contemporary without formal education, according to new research published today in The Lancet Public Health.

Researchers from the National Autonomous University of Mexico (UNAM) and Oxford Population Health (UK) interviewed and collected blood from 150,000 men and women in Mexico City and tracked them over 18 years for mortality, as part of the Mexico City Prospective Study.

The researchers found that people without any formal education aged 35-74 years had premature death rates almost twice those of people with university education (RR 1·84; 95% CI 1·71–1·98), after taking account of the effects of age and sex; this is equivalent to approximately six years lower life expectancy.

Lower education was associated with higher risk of death from most specific causes. However, educational inequalities were greatest for death from renal disease and acute diabetic crises which accounted for one in five premature deaths, and death from infectious diseases which accounted for six out of every one hundred premature deaths.

In the study, lifestyle and related risk factors, including smoking, alcohol drinking, leisure time physical activity, adiposity, diabetes and blood pressure, accounted for about four fifths (80%) of the association of education with death.

Co-author Jesús Alegre-Díaz, Professor of Epidemiology at the School of Medicine at UNAM, said ‘Studies in Europe and North America have shown higher death rates amongst more socially disadvantaged groups, but information on the impact of socioeconomic factors in the Mexican population had been limited. Our study shows the extent to which educational inequalities are associated with mortality in Mexico City, and highlights the value of understanding and addressing these associations to improve population health’.

Study co-author Dr Fiona Bragg, Clinical Research Fellow at Oxford Population Health (UK), added ‘Effective interventions to tackle lifestyle and related risk factors could reduce the inequalities in health observed among adults in Mexico City, as well as contributing to reducing premature death in the Mexican population. However, as in other countries, efforts to address their social determinants will also be necessary to eliminate health inequalities’.

The researchers acknowledge some limitations to the study, including the inability to assess the influence of access to effective health care on mortality risks.

___________________________________________________________________________________________ 

The study was funded by Wellcome, the Mexican Health Ministry, the National Council of Science and Technology for Mexico, Cancer Research UK, British Heart Foundation, and the UK Medical Research Council Population Health Research Unit.

About the Mexico City Prospective Study
Between 1998 and 2004, over 150,000 middle-aged adults (including 100,000 women and 50,000 men) from two districts of Mexico City provided information about their lifestyle and disease history, had physical measurements recorded (including weight, waist and hip circumference, blood pressure) and had a blood sample taken. The Study now offers the opportunity to study how social, lifestyle, physical, metabolic and genetic factors influence the major causes of death in Mexican adults in a single large cohort that has already been followed for two decades.

Any bona fide academic researcher may request access to the baseline data, the linked cause-specific mortality data and data from a resurvey of 10,000 participants. Mexican-based researchers can also apply to access NMR biomarker data for a subset of 40,000 participants, and genetic data for 9,950 whole genome sequenced, 141,046 exome sequenced and 140,831 genotyped participants. This initiative was conceived and initiated by Professors Roberto Tapia-Conyer, Richard Peto, Pablo Kuri and Rory Collins, and has been operated for many years by Professors Jesús Alegre-Díaz and Jonathan Emberson.

 

La educación universitaria se asocia con una esperanza de vida seis años más larga en la habitantes de la Ciudad de México

En la Ciudad de México, un adulto de mediana edad que ha asistido a la universidad puede esperar vivir, en promedio, seis años más que otro adulto contemporáneo sin educación formal, según una nueva investigación publicada hoy en The Lancet Public Health.

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Oxford Population Health (Reino Unido) entrevistaron y recolectaron sangre de 150,000 hombres y mujeres residentes de la Ciudad de México, a quienes se les ha dado seguimiento durante 18 años para determinar su mortalidad, como parte del Estudio Prospectivo de la Ciudad de México (ver sitio en inglés).

Los investigadores encontraron que las personas sin educación formal de entre 35 y 74 años tuvieron tasas de mortalidad prematura (antes de los 75 años) de casi el doble que aquellas observadas en las personas con educación universitaria (RR 1.84; IC 95% 1.71–1.98), después de tener en cuenta los efectos de la edad y el sexo; esto equivale a aproximadamente seis años menos de esperanza de vida.

Un menor nivel educativo se asoció con un mayor riesgo de muerte por la mayoría de las distintas causas estudiadas. Sin embargo, las desigualdades educativas se asociaron con mayor riesgo de muerte por enfermedades renales y crisis diabéticas agudas, las cuales representaron una de cada cinco muertes prematuras, y por enfermedades infecciosas, que representaron seis de cada cien muertes prematuras.

En este estudio, el estilo de vida y ciertos factores de riesgo incluyendo el tabaquismo, el consumo de alcohol, la actividad física recreativa, la adiposidad, la diabetes y la presión arterial, explicaron aproximadamente cuatro quintas partes (80%) de la asociación entre educación y mortalidad.

Jesús Alegre-Díaz, coautor y profesor de Epidemiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, dijo: "Estudios en Europa y América del Norte han encontrado tasas de mortalidad más altas en los grupos socialmente más desfavorecidos, pero la información sobre el impacto de los factores socioeconómicos en la población mexicana es limitada. Nuestro estudio muestra hasta qué punto las desigualdades educativas están asociadas con la mortalidad en la Ciudad de México y destaca el valor de comprender y abordar estas asociaciones para mejorar la salud de la población.”

La Dra. Fiona Bragg, también coautora, y Clinical Research Fellow en Oxford Population Health (Reino Unido), añadió que “intervenciones efectivas para mejorar los estilos de vida y controlar factores de riesgo clave podrían reducir las desigualdades en salud observadas en adultos de la Ciudad de México, contribuyendo a reducir la mortalidad prematura observada en la población mexicana. Sin embargo, como en otros países, también será necesario abordar los determinantes sociales de estos estilos de vida y factores de riesgo para eliminar las desigualdades en salud”.

Los investigadores reconocen algunas limitaciones del estudio, incluyendo la incapacidad de evaluar la influencia en la mortalidad del acceso a servicios de salud.

___________________________________________________________________________________________ 

El estudio ha recibido financiamiento por parte de Wellcome, la Secretaría de Salud de México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México, Cancer Research UK, British Heart Foundation y UK Medical Research Council Population Health Research Unit.

Acerca del Estudio Prospectivo de la Ciudad de México
Entre 1998 y 2004, más de 150,000 adultos de mediana edad (100,000 mujeres y 50,000 hombres) de dos delegaciones de la Ciudad de México proporcionaron información sobre estilos de vida e historial de enfermedades, así como medidas físicas (incluyendo peso, cintura y circunferencia de la cadera, presión arterial) y se le tomó una muestra de sangre. Este estudio epidemiológico ahora ofrece la oportunidad de investigar cómo los factores sociales, de estilo de vida, físicos, metabólicos y genéticos influyen en las principales causas de muerte en adultos mexicanos en una cohorte con una muestra muy grande que cuenta con seguimiento epidemiológico de dos décadas.

Cualquier investigador académico de buena fe puede solicitar acceso a los datos de la información recolectada durante el reclutamiento de los participantes, a los datos mortalidad por causas específicas y a los datos de una nueva encuesta de 10,000 participantes. Los investigadores en México también pueden solicitar acceso a datos de biomarcadores de metabolómica por resonancia magnética para un subconjunto de 40,000 participantes y a datos genéticos de 9,950 participantes secuenciados del genoma completo, 141,046 participantes secuenciados del exoma y 140,831 participantes genotipados. Esta iniciativa fue concebida e iniciada por los profesores Roberto Tapia-Conyer, Richard Peto, Pablo Kuri y Rory Collins, y ha sido operada durante muchos años por los profesores Jesús Alegre-Díaz y Jonathan Emberson.